martes, 18 de septiembre de 2007

UNA MOSCA ME MIRA



...una fuerte nostalgia en el muñón de mi caída.
RAÚL GARDUÑO, Palabras de un muerto


Una mosca me mira. Múltiple imagen la del ser que soy desde sus ojos. Mis ojos, semiabiertos, ven sobre una pata de la silla tirada a mi lado en el suelo de un cuarto giratorio, a esa grande y ruidosa mosca verde que me sabe no muerto.
Hará de mí la casa de sus hijos. Ahora mismo está imaginándome terreno —mortal, putrescible— propicio para la inversión de su tiempo y su esfuerzo; dípteros instintos vuelan hacia mí como a un gran centro recreativo anticipando las delicias de mis miasmas, escalando triunfal todas mis cimas, probando con paciencia su aptitud de espeleóloga, decorando mis paredes internas con larvas cuyo proceso de metamorfosis ayudará a revelar la edad real de mi muerte cuando, después de llamar, abran la puerta quizá derribándola y me encuentren aquí, junto a la silla exenta de hematomas, junto a la pobre silla sin mí, junto a la silla ciega segada de mí, a un lado de la silla enferma de nostalgia de mí, en un no familiar cuadro de moscas.

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