domingo, 9 de septiembre de 2007

Pero veré tu cara una vez menos

El quince de julio de 2006 no estaba deprimido. Solitario sería la palabra. Eran las ocho de la noche y al salir de mi habitación, sobre un pizarrón verde recargado en la pared de enfrente, estaba esta lagartija. "¡Ora wey!" pensó ella, porque este señor andaba en su casa como Adán en el paraíso (Génesis 2:20). Y mientras le recitaba la primera parte de mi poema Pero veré tu cara una vez menos, decidí tomarle estas fotos. “Para un futuro blog” pensé. “Pobre idiota” pensó ella.

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