Durante años había estudiado la técnica de hacer nudos, los diferentes tipos de soga, el límite de resistencia de cuerdas, de vigas, de todo tipo de material y el punto de apoyo, de soporte. Terminó atándose el mejor lazo con el mejor nudo. Desde el balcón dirigió la última mirada al interior de la casa y se lanzó al vicio.
Sus ojos son fuego
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Un texto de Gonzalo Soltero (1973), uno de los imaginadores mexicanos más
elusivos.
Hace 1 semana
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