sábado, 13 de octubre de 2007

El libro

Por Arbey Rivera


Al principio era todo normal para las camareras. Pero al paso de los días la presencia se tornó molesta. Era el cliente que sólo llegaba a leer y no consumía más que un café.

Oiga señor ¿qué libro es ese que tanto lee? —le preguntó una de ellas, con tono irónico.

Con la mirada absorta, la miró él.

—¡Discúlpeme señorita, pero no sé leer! —dijo, al tiempo que una lágrima se desprendía de sus ojos.

Sorprendida por la respuesta, ella se dio la vuelta sin entender nada.

Al darle el último sorbo a su café, frío como su ánimo, él se levantó a pagar la cuenta y se marchó. Bajo el brazo iba un recuerdo, vivo, en esa foto dentro del libro.

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