Los perros y lo lejos no se llevan. Lo lejos sólo traspasa los límites que los perros le dejan invadir, siempre ladran a lo lejos. Al menos para mí, que no tengo mascotas, que vivo en zona no industrializada, en calle que no tiene mucho tráfico, ésta es la verdad; y cuando voy al centro, lo lejos y los perros se quedan aquí. No se llevan.
El improbable origen de la metáfora
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El mismísimo Cristo se mete en problemas en este cuento del poeta
cubano-estadounidense Ricardo Pau-Llosa (1954).
Hace 4 meses
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